Con estas sencillas palabras, el rey Jaime II otorgó la propiedad del valle al abad de Santes Creus...
"Vall digna para un monestir de la vostra religió"..dijo el rey..."Vall digna", respondió el fraile todo contento...¡ claro!
Y es que si hay dos palabras que mejor definan la belleza del valle , son esas..vall digna..
La mañana empezó lluviosa..¿ se no fastidiaría la ruta?...¡ no!...¡ lluvias a nosotros!..
Aparcados frente al monasterio, emprendimos la marcha, siguiendo una variante del Pr 151...la ruta del Castillo de Marinyen...
Antes, tomamos desvío para visitar la mezquita árabe de La Xara..en tiempos, reconvertida en ermita pero hoy dia, afortunadamente, han sacado a la luz el mihrab y otros elementos antaño tapados...
Curiosa su orientación..no a La Meca, sino al sur, a Córdoba...cosa del Califato de Abderramán...
Vueltos al buen camino..el de las señales blancas y amarillas, nos llegamos a La Fontarda..
Las sierras que rodean el valle, se tragan todo el agua de la lluvia y la sacan al exterior en dos lugares: una en el pueblo...dando lugar al nacimiento del río Vaca y otra aquí en la Fontarda, un aliviadero del acuífero...hoy seco...pero que debe impresionar en época de lluvias copiosas...
La ruta iba toda entre campos de naranjos...la mayoría todavía con el fruto en los árboles...el día fresco pero despejado de horizonte...pudimos disfrutar en todo momento de la belleza del valle..
Nuestro destino era el castillo de Marinyen o de la Reina Mora...
Al pié del cerro...pues como todo castillo que se precie, estaba en lugar escarpado...almorzamos para coger fuerzas en la ascensión...
Allá en lo alto, se vislumbraba la antigua puerta del castillo árabe y más arriba, los restos de la fortaleza cristiana..
El que suscribe, observó la subida...ponderó el estar todavía en recuperación y.....se quedó a cuidar la senda para que el resto del personal la encontrara expedita al regreso....
Cuentan los que subieron que ...
1.- La vista era maravillosa
2.-Todavía quedaban muchos restos medievales
3.-Que efectivamente, la subida era dura...lo cual me reconfortó en mi decisión de no subir..
Felizmente descendidos, volvimos de nuevo hacia Simat, pues nos quedaba la guinda de la ruta, la visita al Monasterio ...todavía gratuita..
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La sorpresa fue el avanzado estado de recuperación de las ruinas...los antiguos almacenes convertidos en salas de exposiciones...numerosos elementos que facilitan la visita..rampas, escaleras, barandillas...
Se echan de menos paneles explicativos de cada uno de los recintos...
Otra sorpresa...el regreso y acondicionamiento del claustro del Abad, felizmente devuelto...
Finalmente volvimos al centro del pueblo, para disfrutar del delicioso nacimiento del río Vaca...aguas límpidas, peces nadando...despedida y cierre de la jornada...