jueves, 11 de agosto de 2016

Asi fue mi viaje a la Alcarria

Siempre me interesó el viaje que Camilo José Cela hizo a esa comarca  casi olvidada...
Me hacía ilusión poder realizar el viaje...
Evidentemente, no podía hacerlo andando...eran otros tiempos, así que coche en ristre y camino adelante...


 Aqui el escritor anda que te anda..

He entresacado fragmentos del diario de viaje más que nada para poder seguir el mismo itinerario, comer en los mismos sitios y ...a ser posible..dormir en los mismos albergues..

- Sale el viajero de Guadalajara por el camino que lleva a Zaragoza; Un chico, Armando, le acompaña en un corto período de su viaje. Las gentes con que se encuentra son cordiales y amables. Llega a Taracena donde compra vino y sigue avanzando; el viajero entabla amistad con un carrero que le lleva hasta Torija, hablan de sus cosas: las mulas, la vegetación, el tiempo, Torija; una vez allí el viajero reposa en su parador.

Inicié el viaje obviando Guadalajara..ya la conocía y poco se parece hoy a la que encontró Cela..
Así que lo inicié en la plaza mayor de Toria, al pie de su castillo...


el pueblo está muy bien conseervado...destacando donde hoy día hay un aparcamiento, el prado de las justas que le hicieron al rey francés Francisco I cuando fue capturado en Pavía..¡ no iba a aburrirse el hombre!


El pueblo me ofreció dos monolitos ciertamente curisosos...
El rollo jurisdiccional..que indicaban que la villa no estaba bajo un señor feudal..


y otro hito que narraba los trabajos que se hicieron para abrir una nueva carretera hasta la villa, evitando los pasos peligrosos por la sierra para los viajeros...


Aunque me salía del programa, no pude evitar el acercarme a Hita...bajo una intensa lluvia..¿ el motivo?...conocer la cuna del célebre Arciprestre de Hita, cantor de lindas serranas...


Allí han montado un pequeño museo que claro está...cerrado a cal y canto...¡ con la que caía...!

Prosigue el viaje, esta vez camino de Brihuega, en ese camino se encuentra con un hombre y su mula y con una antipática mujer. Nuestro viajero toma un atajo y pronto llega a Brihuega.
- Prosigue el viajero por el atajo interesándose por su nombre que le proporciona un tartamudo en el camino. Más tarde llega el viajero a una fonda donde sigue conociendo gente, llamándole la atención la jovial camarera llamada Merche. Entra el viajero en el pueblo, y se encuentra con escenas pintorescas como la de las mozuelas lavando; al día siguiente se entusiasma con escenas de la vida cotidiana. El pueblo le parece hermoso al igual que sus chicas, se detiene con un viejo del lugar para hablar de este tema.
Al atardecer llegué yo a Brihuega...Me recibieron las murallas y el mesón...

Era el mismo en que pernoctó Cela en su viaje...¡ No sé si en la  misma habitación!, pero si que en su vecina..Buena cena, buen acomodo y barato para los tiempos que corren...
Antes de dormir, una vuelta por el pueblo..
El lavadero de la Fuente, donde las mozas se reunían para la colada..

Las fuentes gemelas de la plaza..


La antigua cárcel del Concejo...


El cementerio dentro del patio del castillo...


La antigua fábrica de paños, muy célebre en tiempos pasados...


 Continúa el viajero río Tajuña arriba parándose a observar y descansar cuando se encuentra con un cordial hombre que le acompañará en esta parte de su ruta hasta Cifuentes, nacerá amistad y el viejo le transmite a nuestro protagonista esbozos de su experiencia sobre el lugar. Juntos llegan a Cifuentes donde se separarán; en Cifuentes el viajero va a saludar a un antiguo amigo que le habla sobre el pueblo, su antigüedad, características, geografía… mientras lo visitan y observan

Mi llegada a Cifuentes, coincidió con un aguacero terrible que me dejó mojado de cabeza a pies..
Tanto que tuve que ir a cambiarme al coche..


Restablecida la calma, mi primera visita fue al castillo para tener una visión amplia del lugar...


A pesar de la lluvia me acerqué al antiguo molino con su gran balsa que le abastecía de agua continuamente..observad la lluvia sobre la superficie..


El relato siguiente, de cela, nada tiene que ver con la actualidad..

Prosigue nuestro viajero hacia Trillo; Trillo es un bonito lugar según nos lo describe el viajero, él encuentra a sus gentes agradables al contrario que los pobladores de las villas de alrededor; el pueblo es, por desgracia, famoso por haber sido afectado por la lepra, y en contraposición también famoso por sus curativas “Termas de Carlos III”. En la posada el viajero se encuentra con dos comerciantes con uno de los cuales entabla conversación, se llama Martín, más tarde compartirán las dos camas de una habitación. Resulta significativo señalar que el viajero (Cela) parece ser por sus relatos un hombre de pocas palabras y sin embargo con todo el mundo entabla conversación y amistad, sin duda por el carácter sociable y amistoso de los alcarreños.

El relajado viaje siguiendo el río, hoy día se ve vigilado por dos hermanas...Las torres  de la Central Nuclear..


Afortunadamente, pude visitar la impresionante cascada que el río ofrece en el mismo centro del pueblo..



Salen temprano al día siguiente él y otro hombre con un carro que el viajero ha contratado, van hacia Budia; de nuevo el viajero encuentra en su guía un magnífico conocedor de la zona. Este es el primer momento en el libro en que don Camilo José Cela introduce su nombre, identificándose como el viajero, apodo que seguirá usando como hasta ahora lo había hecho. Tras una lluvia torrencial llegan bastante tarde a Budia. Allí no tiene suerte, no encuentra posada ni cena aunque su amigo Martín le procura ambas cosas. Al siguiente día nuestro viajero va a visitar al padre de un amigo suyo, es Don Severino Domínguez Alonso, médico del lugar, que le recibe en su casa y le habla de Budia.

Mi llegada a Budía, igualmente lluviosa...paraguas en mano y visita al pueblo..

Calles hermosas con casas nobles..


Y poco más...Por cierto...tampoco encontré donde yantar...el único bar del pueblo estaba cerrado...

Sale de nuevo el viajero, esta vez en busca del pueblo de Durón. En el camino se encuentra con otra persona con la que entabla amistad, se llama Roque y le acompañará en parte del camino. Llega hasta Durón donde le llama la atención lo simpáticos que son en este pueblo en contraposición al cercano Budia. Al poco de salir de Durón hacia el pueblo de Pareja se encuentra nuestro viajero con dos Guardias Civiles que le acompañan un pequeño trozo y le indican el camino a seguir. Pareja le queda lejos por lo que el viajero se echa un rato en la cuneta del camino.

El pueblo...bajo la lluvia...totalmente solitario..un breve paseo..


Cela habla de unas curiosaas cuevas que servían de bodegas..Me acerqué a ellas hasta un punto...el barro hacía peligrosa la aproximación..



Llegando a Sacedón se encuentra con la gente que vuelve de trabajar el campo. Lo primero que ve nuestro viajero al llegar a Sacedón, son los jóvenes jugando al frontón y los viejos mirando. Sacedón tiene bastante actividad, a pesar de las horas que son, es dinámico, e incluso se encuentra con la llegada de un variopinto autobús, variopinto por sus personajes. Prudentemente nuestro viajero va a la posada, allí se encuentra con Martín, el viajero comerciante que conoció en Trillo, él le esperaba y ya le tiene todo procurado en la posada, antes de cenar van a dar una vuelta encontrándose con Felipe El Sastre e invitándole a cenar. Tras la cena y el posterior café fueron a saludar a un amigo de Martín: Paco “Piñón Libre”, aficionado ciclista. Tras esta visita se van a dormir. A la mañana siguiente tras un paseo por Sacedón se marcha nuestro viajero del pueblo, esta vez, no irá andando sino que atajara en autobús.

Nada que ver con la actualidad..

El río forma el otrora caudaloso y pletórico embalse de Entrepeñas y Buendía..
Hoy el nivel es tan bajo que los barcos del club náutico yacen de costado en la resea tierra.


Porque la actividad actual del pueblo es todo lo relacionado con la  náutica.y por falta de agua, el pueblo languidece..
La única alegría que me dio el pueblo, es que pude dormir en el mismo albergue que el viajero.." en su segundo viaje"


Poca cosa más ofreció el lugar

Sin embargo...muy cerca, estaba el monasterio en ruinas de Monsalud que no podía dejar de visitar...



Las ruinas monacales siempre despiertan en mí sentimiento de recogimiento


 Me parecía escuchar los cantos de los monejes..prima...tercia...maitines...vísperas...


El sentimiento de soledad era extraordinario, pero no temerosos...


Llega el viajero a Pastrana ya casi de noche, y lo primero que hace es buscar alguna posada. Pastrana es grande, y sin duda alguna tendrá más de media docena. Llega a su plaza donde hay diversos personajes: guardias civiles, muchachas, niños…


A la mañana siguiente, el viajero inició la visita; su primera impresión es la de encontrarse en una ciudad medieval. En la plaza de la Hora está el palacio de los duques donde fue encerrada y murió la princesa de Éboli. El palacio está maltrecho y reaprovechado para el comercio del trigo. En el palacio se quiso hacer un museo con tapices de la zona aunque no fructificó. Continúa el viajero su visita, llamándole la atención los hermosos nombres de las calles. Visita la plaza de los Cuatro Caños, la iglesia en compañía de su sacristán, también el convento, junto con sus dos amigos; le parece hermoso y lleno de tradición aunque como todo lo anteriormente visto, “es hoy un pueblo desmedrado”.


Me daba no sé qué, el estar al pié de la torre de la Hora, donde permitían que la princesa prisionera, pudiera disfrutar del aire fresco, eso sí, mientras era insultada por el populacho... 

La célebre fuente con sus caños...


La Colegiata, donde reposan en una cripta los restos de la princesa y familiares


 Después salen en el coche de don Paco rumbo a Zorita de los Canes, para visitarla antes de anochecer. Las gentes de Zorita son amables, todos rubios de ojos azules. Vuelven casi de noche, el viajero se duerme en el camino víctima del cansancio; al llegar de nuevo a Pastrana los tres amigos van al casino “a tomar un vermú”.

Mi idea de visita a Zorita era más amplia que la de  Cela..Como él, tambien fuí en coche pero con dos objetivos..
Primero subir al castillo para tener una visión perfecta del meandro del río y sus alrededores...



Aquí acaba el viaje a la Alcarria de Cela pero a mí, me quedaba otra visita, la de la ciudad visigoda de Rocópolis que Cela ni siquiera menciona..





La visita terminó a media tarde...nada de quedrme a dormir..tres horas conduciendo y a casita

Toda una experiencia