Sin embargo se compensó con una ruta alegre, relajada y muy propicia a las conversaciones ...
La ruta fue pensada como un ataque a esos kilitos que seguramente amontonamos a lo largo de las fiestas navideñas..
Siiiiii...los polvorones...turrones...etc..etc...
Muy pronto, ya estábamos a pié de monte, en el aparcamiento del castillo de Cullera..
El día amenazaba lluvia, que no llegó a caer..
Lo que si tuvimos fue una tenue neblina que no nos permitió disfrutar de uno de os atractivos de la ruta..el magnífico paisaje.. a un lado la mar...al otro la marjal..
La ruta no tenía un destino prefijado, así que fuimos recorriendo la costera y la loma..el castillo carlista..la bola del radar...
Llegados de vuelta al castillo, el tiempo fue refrescando y nos refugiamos en el bar, donde ...esta vez...renunciamos a las cervezas, cambiándolas por cafés calentitos..
Como era pronto, hicimos una extensión de la ruta, siguiendo en principio el Via Crucis y después la senda que rodea el monte..
Nos ,marcamos el límite en las murallas carlistas y pensando en la costera que nos esperaba, emprendimos el regreso.
En definitiva, una bonita jornada, que esperamos sea tan solo el preludio de las muchas rutas que nos esperan en esta temporada..
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