Nos sorprendió...y mucho.. el pequeño pueblo de Potries..
Limpio, ordenado, con una ruta excelentemente marcada y señalizada..¡ incluso sin guardia urbana.!..caso único, supongo..
Empezamos la ruta del agua, en el ayuntamiento.
Allí se conserva todavía..convenientemente cerrado..el "Pozo del Común" que abastecía de agua a la población antes de la llegada del agua corriente..
Cerca de allí, se mantiene activo el antiguo lavadero..
Curiosamente, la información de los paneles, indicaban los cuatro programas de lavado: remojado, enjabonado, aclarado y secado.. Talmente como las modernas lavadoras...
Seguimos ruta y nos encontramos con el sistema de acequias y en primero de los partidores para distribuir el agua.. "La casa Fosca", debidamente protegida para que nadie interfiriera en el reparto equitativo..
Toda la ruta, transcurre junto al río Serpis.. que nos ofreció en diferentes miradores, impresionantes vistas de la comarca de la Safor..
Siguiendo el camino, llegamos a otro partidor..
"La casa Clara" más protegido todavía que el anterior, con sólo unos óculos para poder ver el interior..
Agradable conversación con un labrador que nos obsequió con unas naranjas y un ramo de olorosas flores de azahar..
También pudimos visitar un bonito museo en el que se recopilan diferentes aspectos del pasado de Potries, todo ello en el entorno de un antiguo taller de alfarería que está en una casa de pueblo antigua...
Muy atento y servicial el encargado del mismo, que nos ofreció toda clase de facilidades para la visita...
Complementamos la visita a Potries, con la dura...durísima subida a la ermita que desde lo alto, vigila al pueblo y su entorno..
Por cierto, nos la vimos y deseamos con el fortísimo viento que casi nos hace perder compostura...
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